Conectar.

El primer paso

 

Para educar a nuestros hijos es necesario que nos escuchen

Y para que nos escuchen es fundamental que exista una buena conexión emocional.

¿Quieres que te hagan caso por miedo a un castigo o una amenaza? 

¿Prefieres que vayan aprendiendo una conducta adecuada?

Reflexiona un momento. ¿A quién » haces caso» como adulto?

 

Te doy varias opciones:

  • Un jefe que te ordena las cosas y te amenaza.
  • Un jefe que te pide las cosas por favor, pero con actitud distante.
  • Un jefe con el que has conectado y tienes buena relación.

En una familia es lo mismo. Hay una relación vertical, puesto que tú eres el adulto con experiencia de vida y tu hij@ es la persona de la que eres responsable. De tí depende el tipo de comunicación que quieras establecer.

Cuando eres punitivo, provocas reacciones no acciones. Entonces son contestones, agresivos en su lenguaje verbal y no verbal o se cierran en banda. Sin darte cuenta interpretan tu castigo o advertencia como una amenaza y se ponen a la defensiva. 

Mi experiencia me ha enseñado que los lazos afectivos sanos son fundamentales para poder  educarles. Tanto en mis hijos como en mis alumnos, el sentirse queridos y escuchados, les provoca una actitud de respeto hacia mí que me ha facilitado mucho ayudarles en su crecimiento,  tanto a la hora de poner unos límites, como en hacerles reflexionar sobre su conducta.

Te voy a hacer UNA PROPUESTA

Ahora que estamos en vacaciones, trabaja la conexión, los lazos emocionales desde el amor y el respeto. Irás comprobando a medida que cambias determinados hábitos, que construyes una relación mucho más satisfactoria para los dos y que repercute directamente en toda la familia.

Te animo a comenzar.

 

Ya me contará

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